El globo chino ha sido esta semana otra de esas novedades con las que nuestra capacidad de sorpresa, ya anestesiada por saturación, ha lidiado en cada telediario. Hemos oído de todo: desde que se ha desviado por los vientos del sol naciente hasta Carolina del Norte en USA, a otras razones más pintorescas y descabelladas. Aunque no tanto como la que voy a aventurarles en este breve artículo, o quizá sea más probable de lo que parece.
Nos quieren hacer creer que los ingenios y artificios del este se sienten atraídos por el olor de las hamburguesas y el pollo frito del oeste. Cosa que no es de extrañar según lo que venden en los mercados chinos como alimentos. ¿Quién no se montaría, como Willy Fox, en un globo para cambiar el pangolín con tomate, que se yo, por un simple Big Mac? Por otro lado, la teoría del globo meteorológico era de cajón una de las candidatas. La hemos oído desde que se avistaron los primeros platillos volantes a mediados del siglo pasado (OVNI o UFO), supuestamente cargados de hombrecillos verdes.
Sea como fuere a los americanos ese globo blanco tamaño edifico de cinco plantas, cargado de ingenios electrónicos y placas energéticas no les gustó desde el principio. Además, el empecinamiento en situarlo sobre instalaciones militares estratégicas, con la que está cayendo, tampoco les debió parecer un sitio apropiado para aparcar. Por lo que después de unir un par de hilos y sacar entre Harvard y West Point alguna sesuda conclusión, le soltaron un pepinazo y lo estropearon para que se cayera al suelo.
Aparte del cableado, lo que realmente huele a chamusquina es la comprensiva respuesta china. Que ha sido una especie de «arrieritos somos y en el camino nos encontraremos». Que suele ser la versión amenazante de pelillos a la mar. Yo tengo razones de peso para no fiarme de los chinos, sé bien lo que digo, pero no es materia de esta breve nota. Un cosa que tengo clara es que el mundo está entrando en una fase de guerra híbrida, en la que lo que está en juego es un nuevo orden mundial y geopolítico. Es, por otra parte, una teoría cada vez más extendida.
Y los chinos, por su parte, ahora saben que cuando quieran soltar una inmensa cantidad de esos bichitos respiratorios en cualquiera de sus variedades, solo tienen que montarlos en un bonito globo blanco y soplar en la dirección adecuada. No es una idea nueva, ya la pusieron en práctica los japoneses contra los Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial, sin demasiado éxito. Pero no desestimemos la habilidad china para copiar maldades y mejorarlas.
Razonamiento adecuado a las momentosque vivimos
Totalmente, Jorge. Feliz domingo.
Razón no te ha de faltar….cómo suele ir siendo habitual…. Feliz domingo…..
Esta vez, espero equivocarme. Pásalo bien por si acaso.
Muy posible y para nada descartable
Espero equivocarme, y poder seguir mirando a las estrellas sin ver globos chinos.
Pues Te hace REFLEXIONAR…..
Que realmente no paran de lanzar ideas….
y seria una idea inteligente…
pero muy muy Malvada…
y Yo me pregunto…
¿ A donde vamos????Graciad M.Angel…siempre inquieto!!!!
Gracias, Rosa.
Hay mucho escondido y malévolo tras el horizonte que a veces ni siquiera imaginamos. No concebimos (al menos desde mi inocencia supina) que existe gente (y con muy alto rango en diferentes esferas) capaz de lo indecible con tal de mantenerse en el mando y no les importa a quien o que se llevan por delante.
Ya veremos muchos más glóbitos volando por ahí.
Hay quienes vieron uno sobre el Lago de Maracaibo. Me dirás tú que quieren ver por estos lares. Será como se destruye una industria petrolera antes muy boyante.
Pues así es, Ana: demasiados psicópatas sin escrúpulos al mando, allá y acá.