Reloj de arena

          La escasez es lo que hace a las personas echar cuentas, ya sea con los dedos como hacen quienes andan cortos de habilidades matemáticas o tirando de calculadora. Además, es una costumbre muy del mes de enero. Ese tiempo en el que los días del calendario parecen escalones cada vez más altos a la hora de llenar el carrito de la compra. Conozco a quien después de haber tirado la casa por la ventana en diciembre ha tenido que bajar en enero a la acera para recoger los trastos. ¿Quién no cometió algún error de cálculo?

          Cuando se es joven la vida por delante parece interminable. Uno mira al futuro y lo ve lejano e inaccesible. Los días parecen durar una eternidad y los años son en la conciencia del niño unos espacios de tiempo infinito. Pero que pronto cambian las cosas, y que rápido comienzan a girar las agujas del reloj poco después. Siempre he pensado que uno se hace mayor la primera vez que tiene la sensación de haber perdido el tiempo. Ese pellizco de culpabilidad que nos hace recapacitar acerca de la cuenta atrás.

          Pensaba esto porque no acostumbramos a hacer números, quizá para no deprimirnos, pero debería enseñarse en las escuelas a pensar en términos matemáticos. Así descubriríamos que la esperanza de vida de una persona en España, por ejemplo, es de unos 30.000 días desde su nacimiento. Puede parecer mucho, pero si se piensa bien, restando las horas de sueño, vivir lo que es vivir despiertos serán solo 20.000 días: primer hachazo. Pronto llega un momento en el que ya de adulto, digamos que frisando los 40 tacos, descubrimos que solo quedan 10.000 días por delante quitando las horas de sueño. Es cuando cada día comienza a tener una relevancia diferente.

          Yo hago el mismo ejercicio con las actividades que decido que me interesan, por ejemplo leer. Y le doy la importancia que tiene a lo que leo de una manera muy seria. Dos horas de lectura al día son 730 horas al año, es decir, de los 12 meses más de 1 entero dedicado a leer sin descanso. No es una cifra baladí. Claro que si la comparamos con el tiempo dedicado a enredar en las redes sociales es una minucia. Hoy los adolescentes dedican de media 3 meses enteros, 24 horas al día a ver la tele y enredar con el móvil. Inconscientes de la velocidad a la que cae la arena creando la duna de una vida que ya no recuperarán.

          Esta mañana pensaba acerca de la cantidad de libros que se pueden leer en una vida normal y corriente, es decir, la de alguien que no se dedica solo a leer. Y mi cálculo es que unos 3 o 4 mil viviendo unos 80-85 años. A mi me parecen muy pocos para todo lo que hay escrito y que valdría la pena ser leído. Sin embargo, para llegar a esa cifra se requieren muchas horas y constancia. Son unos 5 años leyendo sin parar las 24 horas del día. Poca broma, así que toca elegir lo mejor posible para dedicarle alrededor de un 10% de nuestra vida consciente a esa actividad.    

12 opiniones en “Reloj de arena”

    1. Querido Miguel Ángel,
      Eres un buen amigo, buen matemático, pero un poco perverso. Me has amargado el día con los números. Me has mostrado un espejo en el que me quedan muy pocas horas de vida. Y yo que creía que era eterno, como Borges.
      Si te invitas a unos vinos lo solucionamos y nos olvidamos de todo.
      ¿Te parece?
      Un fuerte abrazo
      Aldo

  1. Estimado Miguel Ángel
    Como siempre me arrancas una sonrisa cada vez que te leo. Es cierto lo que dices pareciera que tuviésemos todo el tiempo en la vida cuando en realidad vivimos un suspiro comparado con todo loque existe en el Universo.

    Está en nosotros como queremos vivir ese suspiro. Tal vez algunos despertaran cuando se choquen de bruses con la realidad.

  2. Totalmente de acuerdo con tu reflexión Miguel Angel ,algunos necesitamos (metamonos todos y que se salga el que pueda) un susto, un choque de bruces con la realidad como dice Arguelles y entonces te das cuenta que a este reloj de arena no le puedes dar la vuelta. Viaja, lee, haz lo que te guste y no desperdicies la arena

    1. Así es, Charo. Una conclusión importante: disfrutar de cada minuto y cada día tanto como sea posible. Y estar agradecidos de haber sido premiados con la vida, aunque tenga fecha de caducidad.

  3. Estimado Miguel Ángel:

    Cuánta verdad y agudeza encierra esta reflexión que usted nos regala. Uno se alegra de encontrar escritas cosas así. Enhorabuena.

    Saludos cordiales.

    1. Estimado, Luís Miguel: siempre es un placer saber que pasa usted por aquí y le dedica un par de minutos a mis letras.

      Le mando un cordial saludo.

  4. Muy buena reflexión, lo que me entristece de ella es conocer el dato del 10% de nuestra vida para leer. Me gustaría que fuera mucho más. Un saludo.

    1. Gracias, estimada Carmen: siempre puede uno leer más de dos horas al día, el inconveniente es que hay que hacer tantas cosas…
      Un cordial saludo

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