La gran estafa de la política es, y lo ha sido siempre, su falsa superioridad moral. Una posición bien vendida (relato) pero, como cada vez queda más claro, poco o nada ejercida. En España ha sido particularmente eficaz desde 1975, fecha en la que muere el dictador Franco en la cama. No derrotado por los progres, ni de lejos… Muere de viejo y en la cama, después de haber sometido al país a 36 años de dictadura militar. Ni un solo día de libertad se le debe a la izquierda, que fue incapaz de acabar con el régimen franquista.
Con la llegada de la democracia la izquierda, como ya hiciera en la primavera de 1936, asumió que solo ellos eran los buenos y los que tenían el derecho a gobernar y dirigir el país. Adolfo Suárez acabó siendo devorado por ese relato y tuvo que dimitir. Una generación heredera de los perdedores de una guerra que provocaron ellos mismos, reclamaron entonces una especie de «todo para nosotros». Que sí somos la libertad y la democracia, el feminismo, la bondad, los derechos, las artes, el cine, la literatura… Prácticamente, todos ellos se hicieron ricos defendiendo la igualdad.
Hoy los ves en la caja tonta y en tertulias, ya sexagenarios o a punto de servir de abono para los geranios. Con el puño en alto emergiendo de un traje de Armani de 4.000 euros. Reclamando justicia social y vivienda para los jóvenes, mientras amasan patrimonios de 20 pisos en Madrid o Barcelona. Llorando por el cambio climático y el planeta desde el jet privado. Y, eso sí, abogando por un mensaje: «tened cuidado que viene el lobo y los fascistas y nos lo quitan todo». Sin embargo, la mayoría de ellos no pasaría un examen de la E.S.O si tuviera que explicar el fascismo en un solo folio.
La otra vía fue la política. Al margen de una década prodigiosa de social democracia con Felipe González (1982-1992), después el PSOE se pudrió. No hace falta mencionar a nadie porque son todos muy conocidos. A mí, en particular, me impactó mucho aquello de un (ya difunto) bandarra presumiendo con el dinero de los parados de tener pasta para asar una vaca. Pero… ¿De dónde coño ha salido esta chusma con capacidad para llevárselo crudo y reírse en la cara de todos los andaluces. Me preguntaba yo entonces. El relato, siempre el mismo: ellos son los éticos, los que se lo merecen, los guays y los defensores de la igualdad y la libertad.
A partir de 2004 todo fue a peor y de aquellos tiempos estos lodos. Esta semana, ya era hora, alguien en el Parlamento ha dicho ¡basta! Y lo ha dicho como lo habría dicho yo mismo: déjese de mierdas. Usted lleva falseando elecciones desde el principio, y engañando a su propio partido, eligió a los mafiosos que ahora empiezan a desfilar a Soto del Real, y se metió la ética y la moral en el bolsillo trasero mientras vivía gracias al dinero de la prostitución.
¡Joder! Y a ver si de una vez les arrancamos a estos miserables el relato del buenísmo.
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Gracias, colega.
Estoy de acuerdo contigo al 100%
Me alegro, Juan Pablo. Un saludo.
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Con suerte les quedan poco que estar con la demagogia barata
Viva España.