Lo peor, sin duda, vendrá el día después, cuando respiremos aliviados por el fin de la pesadilla. Así como los alemanes abrieron los ojos con espanto en el verano de 1945, a muchos de los que no han querido ver el destrozo de nuestro país les tocará pagar las consecuencias. De hecho, las vamos a pagar entre todos y, mucho me temo, que a un precio muy doloroso. Ni siquiera podemos estar seguros de que la reconstrucción sea posible, no al menos, para devolver la unión y la confianza entre españoles e instituciones a corto medio plazo.
Los griegos entraron en Troya a través del conocido engaño del caballo de madera. Nosotros, dejamos que una peligrosa organización criminal se hiciera con el poder el 18 de junio de 2017. Y que, ademas, desde dentro les abriera la puerta a todos los enemigos para que saquearan y destrozaran con gusto y con el beneplácito del poder. En una década los cimientos de cualquier fortaleza se acaban resquebrajando y, ciertamente, con el peligro de venirse abajo con todo lo que contiene. Hasta el último día esquilmarán, mentirán, esconderán, y harán todo el daño posible antes de caer.
Lo peor decía, vendrá sin duda el día después. Cuando los desgraciados que hereden el mando encuentren la desolación presupuestaria y de la deuda; el roto territorial; la indefensión legal del Estado; la maraña de leyes hechas a medida para dejarnos en pelotas; la desigualdad; el odio entre las dos Españas creado por el famoso muro y, otra vez, la caja vacía y la confianza por los suelos. No quisiera yo tener la responsabilidad de levantar de nuevo ese país desde la sima del pudridero en el que nos van a dejar, si dios quiere, no dentro de mucho.
Será peor porque el enemigo ya sabe y sueña con ello, que las medidas a tomar serán durísimas en todos los órdenes. Por supuesto, el que nos toca en la cartera, pero no solo. Habrá recortes, derogación de leyes escritas por un simio para alimentar a sus perros, habrá dolor y lo pasaremos mal. Entonces, les tendremos otra vez en las calles al grito de no pasarán, fuera el fascismo, a las barricadas y, todas esas cosas, que no dicen ahora mientras se pulen el futuro en putas, en juergas y dádivas para sus socios que, conscientes del final, les chuparán hasta la última gota de nuestra sangre.
Solo nos separa de la primavera de 1936 el hecho de que estamos en la Europa del siglo xxi, pero de todas formas, convendría a muchos leer Historia con mayúsculas. Conocer al PSOE de verdad, aquel de Largo Caballero de quien nuestro presidente dice ser un modelo a seguir. Y vaya si lo sigue. Aquel consiguió lo que quería y anunció: «O gobernamos nosotros o guerra civil». Tuvo su guerra y la perdió. O mejor dicho, la perdieron todos los españoles que es, a la postre, lo que va a ocurrir a partir del día después.
Como siempre lo has clavado 👏
Gracias, querido amigo. Un abrazo.
No pasará nada porque vivimos en la inmediatez , lo importante es el hoy , mañana ya me las arreglaré como pueda con lo que venga. Bares empetados a pesar de las clavadas, aeropuertos y estaciones colapsadas de gente pensando «Habrá otra pandemia?»
Ya veremos qué hace esa misma gente cuando nos aprieten las tuercas a todos.
Ha ocurrido igual en las dos últimas legislaturas del PSOE, dejan a España en la más alta ruina económica y a los tres meses se quejan de los recortes “sociales” (paguitas los que ellos les interesa) tachando de facistoides a los que verdaderamente levantan España.
Magnífico Amigo
Es siempre lo mismo. Un abrazo.
Una vez más has acertado de lleno. Enhorabuena por otro magnífico artículo, escritor. Un abrazo.
Otro para ti, te queda fenomenal el nuevo look. Abrazo.
cuanta razón tienes , siempre aguantando la misma situación, no puedo entender como hay gente que no lo quiera ver y siga apoyando está locura
Así es.