Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando. Es una conocida frase para aludir al hecho de que lo mismo daba una que otro, los dos eran iguales. Ese ha sido y viene siendo el argumento embustero e interesado para excusar a los corruptos y darles siquiera una leve pátina de víctimas. Para ello, nada mejor que atacar a los señores gordinflones que lucen sombreros de copas y fuman puros mientras tocan el trasero de las muchachas. Es decir, la fachosfera. Esta izquierda es tan original y moderna en sus argumentos que no deja de sorprender.
Los corruptos zurdos son malos, pero con presunción de inocencia, lo que hay que investigar es a los corruptores diestros que son los malos del tirón, sin presunciones ningunas. Es de un naif tan estomagante que produce alguna que otra arcada. Estos son los argumentos de quienes no han currado nunca en una multinacional, ni en ninguna parte, ni conocen como funciona el juego de las mordidas entre el sector público y las empresas privadas. Claro que para que uno cobre hace falta otro que pague; para esa conclusión no hace falta aprobar la EBAU.
Yo he sido directivo a nivel nacional, e internacional en algún caso, en 4 multinacionales del sector sanitario y telecomunicaciones. 25 años entre las 4 corporaciones. Nunca vi un solo euro en metálico. En ninguna de ellas había un personaje que fuera conocido por ser el custodio de la caja, ese sitio del que sacar las mordidas para los corruptos. Supongo que en el sector de la obra pública debe ser más fácil, o se mueve más cash o se hace alguna ingeniería financiera en negro. Aunque por muy grande que sea una empresa, sacar medio quilo en metálico y justificarlo no es, ni de lejos, coser y cantar.
Lo que sí aprendí en aquellas empresas es cómo funciona el mecanismo de inicio. Recuerdo a cierta señora, en la Andalucia de asar las vacas, como me decía sin pudor: esta adjudicación dicen los técnicos que es para vosotros por ser la mejor oferta económica y técnica, y acto seguido añadía: te voy a dar el nombre de la fundación del partido donde tienes que transferir el 10% del contrato. No sé si lo ven, pero se lo traduzco: el corrupto pidiéndole a la empresa que si quiere vender lo corrompa. Me negué a pagar nada en ninguna parte y, como es lógico, pagué las consecuencias.
Aquella socialista, gordita y agresiva, que en la cárcel esté, se pasó por el forro de las enaguas el informe técnico y económico y nos quitó el contrato para darlo a alguien más complaciente con los intereses de la Marizú Mopongo, por entonces, tesorera del asado de vacas, los bares de luces de colorines y el espolvoreado de narices. Eso sí, le metí un contencioso administrativo en el juzgado y, ¿saben qué?: me llamó por teléfono al más puro estilo Gotti, para amenazarme con la ruina y no recuerdo cuántos escupitajos más. Ese es el estilo de estos corruptos: el que te llega y te obliga a corromperlos o sobras en el negocio.