Una sociedad anómica

          Mucho se ha escrito sobre las tendencias autodestructivas de los individuos. En España, la cifra de suicidios son de vértigo, unos 10 casos al día: más de 3.500 muertes al año y creciendo casi al 4% anual. El doble de fallecidos que en accidentes de tráfico. Una tragedia que afecta al triple de hombres que de mujeres. Resulta, además, realmente sobrecogedor que la franja de edad con mayor número de casos es la de 30 a 40 años.

           Cabe preguntarse qué expectativas incumplidas, qué falta de arraigo y esperanza en el futuro, qué clase de decepción con la sociedad y con uno mismo, qué hartazgo, en definitiva, lleva a una persona en la plenitud de su edad a quitarse la vida. ¿Es esta una muestra más de la decadencia occidental y de la española en particular? El caso es que mientras en Europa desciende la incidencia, en nuestro país va en aumento. 

          Según lo exponía el sociólogo francés Émile Durkheim, el suicidio tiene su origen en causas sociales. De los cuatro tipos de suicidios descritos por él, quizá el anómico es el que más nos concierne hoy en día. Es decir, el relacionado con sociedades decadentes, en transición o con estructuras e instituciones incapaces de sacudirse complejos, controlar la convivencia y preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos: una sociedad anómica. 

          Es desalentador el paseo matutino por las noticias. Es casi imposible encontrar algo que no sea malo, grotesco o directamente absurdo. Esta semana hemos leído que una okupa llamó a la policía para que le abrieran la vivienda que estaba ocupando ilegalmente, porque el dueño había puesto una cadena y un candado. Las autoridades le abrieron la puerta y detuvieron al dueño. O que un hombre de 77 años disparó dentro de su propiedad a un ladrón que empuñaba una sierra eléctrica y enviaron a prisión al hombre que estaba en su casa. Una semana antes, 3 ladrones mataron a un hombre en su vivienda cuando entraron a robar y el juez los puso en libertad con cargos. Y, claro es, el muerto al cementerio y a otra cosa. 

          Ayer, sin ir más lejos, otros 3 individuos cuya procedencia no diré para que no me llamen racista –son marroquíes–, drogaron, violaron y torturaron quemándola con cigarrillos a una chavala de 18 años. Dada la procedencia de los criminales no habrá interminables reportajes de manadas, no saldrán sus fotografías en todas las teles durante semanas, ninguna ministra feminista saldrá indignada: nadie hará nada. La víctima no forma parte del plan de autodestrucción de la sociedad española.

          Resulta paradójico que se destinen 180 millones de euros para la lucha contra la violencia de género de la que unas 45 mujeres son víctimas mortales cada año, y nada para la prevención de suicidios de los que casi 1.000 mujeres son víctimas, igualmente, cada año. Una sociedad en descomposición es la que muestra con sus leyes y normas la inmoralidad, a veces cercana a la sociopatía, de sus dirigentes políticos. La sociedad occidental, en general, se descompone como un azucarillo y, España en particular, como alumna aventajada. Algo es algo.         

10 opiniones en “Una sociedad anómica”

  1. Desgraciadamente, es lo que ocurre en España. Independientemente de lo que ocurre en todo occidente, cuya sociedad está siendo absorbida por el islamismo de forma silenciosa ,precisamente por la decadencia de occidente . Esperemos que Occidente despierte antes de que sea tarde.
    Gran artículo Miguel Ángel

  2. Gran articulo como siempre, contando con gran acierto una realidad que se nos echa encima. Dan ganas de irse a vivir a otro país, o a otro continente, aunque lo mismo tampoco servirá de mucho.
    Un abrazo.

  3. Magnífico como la mayoría de las veces. Pero creo que ya es tarde para España , incluso casi los está siendo para Europa.
    Con una sociedad que no ve más que la propaganda de un gobierno Social-Comunista, se hace imposible que reaccione.
    Enhorabuena por El Dominical de hoy.

  4. Miguel Ángel:
    Que cierto todo, y lo que ayudan los populismos de turno, y todo el mundo callado, vergonzosa la situación y lo que viene. Un abrazo

    1. Es un peligro. Y una lástima lo que le están haciendo al país, los unos y las otras y al revés también.

  5. Miguel Ángel que artículo más acertado el que has escrito,yo personalmente tengo un sentimiento de tristeza porque percibo que el mundo que creía que teníamos se nos escapa de las manos demasiado deprisa y no hacemos nada para pararlo no me gusta el futuro que se nos presenta.

    1. Pero debemos prevalecer con nuestra alegría y nuestra esperanza de vivir en una sociedad lógica, sincera, y libre. Las sombras nunca han sido cultivo de vida.

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