Y tú más

          Nada hay más inmoral y despreciable en el discurso, sobre todo en el ámbito político, que el «y tú más». Es algo que conocemos como el ventilador para esparcir la mierda, una técnica aprendida del calamar cuando eyecta la tinta para cegar a sus posibles depredadores. Una forma de hacer que, por otro lado, es contagiosa y no se restringe al político corrupto de turno, sino que se propaga como una infección vírica entre tertulianos, supuestos periodistas y vulgo de andar por casa.  

          Es inmoral porque la frase lleva un reconocimiento implícito: «yo sí» o «nosotros sí», y delante se le ubica el índice acusador del «y tú más». O sea, que le dices a alguien que tiene cuernos y no se defiende, sino que admitiendo su cornamenta se excusa acusándote de que tú también la llevas. Menudo alivio más tonto debe sentir el ornamentado al saber que no es el único de la fauna con la cabeza adornada.

          Pensaba esto porque con lo de la mafia gubernamental del capo Koldo y los muchos ladrones del gobierno, hemos vuelto a ver la técnica en todo su apogeo. A la chiqui del conocido «¿Qué son dos mil kilitos de nada, chiqui?», la hemos visto incluso con la carótida congestionada en el «senao» como dice ella, gritando en modo verdulería: «y tú más». Nada menos que la cajera de los ERES de Andalucía, la que pagaba los asados de vacas, las putas y la cocaína con el dinero de los parados.

         Ahora el «y tú más» perenne de este clan de malhechores viene a restregar a los españoles, en nuestra propia cara, que sí, que no le demos más vueltas, que ellos son ladrones, puteros, muchos de ellos drogadictos y que nos suben los impuestos hasta la asfixia porque el golferío y la ambición son cada vez mayores. Pero que no nos preocupemos porque los otros más, y que como no les podemos ni ajusticiar ni llevar al paredón, pues que nos jodamos y bailemos. 

         Así están las cosas, mientras un ejército de papagayos y papagayas sectarios en tertulias, periodicuchos subvencionados, y hasta clubs privados repiten a coro «y tú más». Es decir, admiten sin ningún rubor la degradación moral y de valores propia a través de la generalización de la podredumbre. Estos que venían a regenerar la política y están convirtiendo el país en una montaña de basura moral de la que solo podemos acabar en ruinas. Argumentos pobres de una pobre gente.   

10 opiniones en “Y tú más”

  1. La frase final que has colocado “están convirtiendo el país en una montaña de basura moral de la que solo podemos acabar en ruinas. Argumentos pobres de una pobre gente” es en lo que nos hemos convertido menos el final Argumentos pobre de muy mala gente.
    “Viva la libertad Carajo” como dice el otro.

  2. Miguel Angel, tú con tu fina pero sin ocultar las verdades, ya nos tienes acostumbrados a tus sensatos relatos.
    Pero esta vez superas cualquier perspectiva con este, yo lo calificaco de magistral, aunque bien poco cuente este que suscribe. Nada más agradecerte todo lo que de tu fina perspicàcia y oficio de escritor uno aprende cada día

  3. Miguel Ángel: que esperar de estos mediocres, funcionarios de sus partidos que OCUPAN PUESTOS POLÍTICOS? pues la ruina, y la ruina es también darles voz, y ruina es también quien los vota, y ruina es también que a los nacionalistas e independentista se les de todas sus exigencias en fin ahí estamos y………..

  4. Buenas tardes amigazo Miguel Angel,
    Usted anda con el falcón desenvainado, pero tenga cuidado con el filo que deja sangre.
    Le recomiendo a un tal Milei, que anda limpiando las cloacas del sur.
    Un abrazo

  5. Hola, Miguel Ángel.
    Ya añoraba tus doctas palabras, no es excusa sino imperativos, pero pienso recuperar la lectura de tus anteriores artículos, siempre muy bien reflexionados, y con tu acento-pensamiento propio y singular.

    Me has hecho revivir experiencias de juventud. Aquellos maravillosos años con Paco… Estos mierdas de hoy, hablan mucha caca de él, que sí, que es verdad, que la había… pero que seguro estoy, le envían a la ultratumba…. «y nosotros más que tú»
    un abrazo.

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